Templo Romano, una mirada a su historia

El Templo Romano era la estructura más importante que se podía encontrar en las ciudades del Imperio Romano. Considerado el hogar terrenal de los dioses, también tenía una función político-religiosa. Estos edificios se construyeron con la ingeniería más precisa y son testimonio de los increíbles logros arquitectónicos de la antigüedad.
En el siguiente trabajo exploraremos el origen, diseño y función de estas obras maestras de la arquitectura antigua. Además, conoceremos los detalles y secretos usados en la construcción de los principales templos romanos, que con los años se convertirían en el sello de este gran imperio.
En la construcción del Templo Romano se usaban materiales de primera calidad. Por otra parte, era un lugar exclusivamente reservado a los sacerdotes, mientras la feligresía, solo participaba desde las áreas exteriores.
Las ceremonias religiosas públicas tenían lugar al aire libre, y no dentro del edificio del Templo.
Entre las ceremonias que se realizaban se encontraban las procesiones. Estas comenzaban o terminaban en un templo o santuario, donde había objeto utilizado como ritual y que podía sacarse para su uso, o donde se depositaba una ofrenda.
Los sacrificios, principalmente de animales, tenían lugar en un altar al aire libre, dentro del templo.
En sus orígenes, el diseño del templo romano derivó del estilo etrusco. Este estilo surgió en el siglo VII a. C. en la región Etruria, actual Toscana, en Italia. Más adelante, con la expansión del imperio romano, adoptaría nuevos estilos como el de la arquitectura griega.
El Templo Romano y su evolución a través de los años
En los primeros diseños, el podio estaba situado en lo alto de una escalera frontal y el pórtico daba acceso a la cámara principal interior. Un claro ejemplo de ello es el santuario de la Triada Capitolina en Roma, dedicado a los tres principales dioses romanos, Júpiter, Juno y Minerva.
En la etapa republicana, el Templo Romano se construyó en las zonas centrales o foro, siendo renovado con el tiempo. Una muestra de ello son las basílicas de Saturno, Vespasiano y la Concordia, ubicadas en el Foro Republicano.
Más tarde, en la época imperial, se hizo presente la influencia griega y se le otorgó más importancia al embellecimiento del templo. Se incorporó el estilo de las columnas, se usó el mármol y el orden corintio.
Además, sobresale el culto al emperador, y estos espacios se convirtieron en sus recintos, un ejemplo de ellos es el Maisson Carrée en Nimes.
Luego, en los tiempos del emperador Adriano, el Templo Romano tomó un nivel más ambicioso y se adicionó la cúpula. De esta manera, se coronaban los amplios espacios mediante un oráculo en el cenit circular central, el cual dejaba traspasar la luz solar y esta iluminaba el interior.
Esta técnica en el diseño creaba un ambiente esférico y producía la sensación de que la bóveda estaba flotando. Esta técnica se empleó en el altar del Templo de Venus y en el Panteón de Roma.
El Templo y su distribución interna
El Templo Romano consistía en una habitación principal cerrada, llamada cella, con una imagen de la deidad a quien estaba dedicado el templo y un pequeño altar donde las personas oraban o adoraban.
Usualmente, había varias habitaciones pequeñas detrás de la cella usadas para almacenar equipo y ofrendas.
La arquitectura de los templos romanos le daba mucha importancia a la entrada principal. El porche delantero, llamado pórtico, solía ser tan largo como la cella. Casi siempre mostraba una fila de columnas, llamada columnata, en el frente y luego una amplia área abierta entre las columnas y la cella, llamada pronaos.
La influencia en el estilo del templo se reflejaba en el número de columnas en el pórtico. De este modo, un pórtico con diseño tetrástilo, de origen etrusco, tenía cuatro columnas en el pórtico. Muchos pórticos romanos eran hexástilos, con seis columnas altas.
La arquitectura griega y romana se basaba en proporciones ideales para crear una sensación de armonía y equilibrio. El pórtico ayudó a los romanos a equilibrar la cella con el resto del edificio. Los romanos fueron los únicos, de las culturas antiguas, que hicieron templos con los pórticos extendidos.
Su impacto en lo político y cultural
Estos recintos eran áreas públicas que congregaban a un importante número de personas, por lo que los senadores, generales y emperadores, que patrocinaban la construcción de nuevos templos, eran vistos como personas que se dedicaban a hacer cosas por la gente.
Por lo tanto, la construcción de templos era una forma de obtener apoyo popular.
También se usaba para alabar a un dios por una victoria militar o para que un político indicara un aumento de estatus o riqueza. Los templos romanos tenían una inmensa importancia política y cultural, y sirvieron como telón de fondo para que las personas expresaran diversas preocupaciones sociales y políticas.
Los templos también se convirtieron en una parte importante de la cultura imperial. Cuando los romanos incorporaban una nuevo territorio a su imperio, rediseñaban la infraestructura de ese lugar. Esto significaba construir caminos romanos, acueductos para agua dulce y templos.
El templo romano era una parte importante de la cultura romana y del poder que se extendía más allá de la conquista militar. El levantamiento de un templo era una confirmación de que esa zona era oficialmente parte del Imperio Romano.
Templos más importantes de Roma
El Júpiter Capitolino: Templo dedicado a la triada de dioses más importante de Roma, Júpiter, Juno y Minerva. Se levantaba sobre un podio elevado, al que se accedía por medio de una escalinata delantera.
Además, estaba rodeado por una serie de columnas, tanto a los lados, como en su entrada.
El Panteón: Su nombre completo es el Panteón de Agripa de Roma y fue construido entre los años 123 y 125 d.C. por solicitud del emperador Adriano, en honor de todos los dioses.
Sobre su cuerpo se apoya una impresionante cúpula hemisférica, considerada la más grande del mundo con un poco más de 43 metros de diámetro.
El templo romano cumplió una importante función social, política y religiosa. Sin embargo, también estaba estrechamente ligado a la economía, ya que llegó a funcionar como un auténtico banco donde se almacenaban todo tipo de tesoros y riquezas del Imperio.
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