Templo de Portuno, origen e historia

Los templos eran estructuras de mucha importancia para el imperio romano. Eran el hogar de los dioses y tenían una connotación político – religiosa.  Es por esto, que se construyeron grandes obras, reconocidas como logros de la arquitectura antigua, uno de estos santuarios es el templo de Portuno.

El templo de Portuno es una de las obras construidas entre los años 70 a.C. y 40 a. C., durante los últimos años de la república romana. Está ubicado en el Foro Boario, una zona de la antigua Roma situada en la ribera izquierda del río Tíber, entre el Campidoglio y el Aventino.

Aunque también es conocido como el Templo de la Fortuna Viril, este santuario estaba dedicado a la veneración del dios Portuno, deidad romana de las puertas, la ganadería y de los puertos marítimos.

Los poderes de esta deidad hicieron que su templo fuese construido muy cerca del antiguo puerto fluvial de Roma.

El templo de Portuno es uno de los más representativos de la época republicana y aúnse encuentra en un buen estado de conservación, gracias a que en el siglo V el santuario pasó a ser una iglesia dedicada a Santa María Egiziaca, una antigua prostituta convertida al eremitismo.

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Durante la época renacentista el templo pasó a manos de una orden monacal y en sus alrededores se levantaron algunas construcciones de menor importancia que fueron posteriormente derribadas.

Diseño del templo de Portuno

El diseño del templo de Portuno está basado en los mismos patrones usados por la arquitectura romana, que estaba fuertemente influenciada por la cultura griega, pero también se puede apreciar la identidad que los romanos lograron incorporar a sus diseños, con algunas características distintivas.

En el exterior del templo de Portuno podemos apreciar un edificio con forma rectangular que presenta cuatro columnas en el frente, por lo que era un tetrástilo.

Mientras que en los laterales del rectángulo se encuentran otras siete pilastras que se adosan al muro de la cella y que hacen de éste un templo pseudoperíptero.

El templo de Portuno está situado sobre un pórtico profundo y sólo se puede acceder al interior del santuario por medio de una sencilla escalera situada frente al templo.

Por su parte, las columnas y semi-columnas utilizadas son de orden jónico, la base está conformada por el collarino, equino y ábaco, mientras que el fuste es acanalado con aristas vivas.

Además, esta construcción se ha recubierto de estuco con el fin de otorgar a la construcción una mayor esbeltez.

Hay que destacar que el capitel de las columnas del templo de Portuno, además de presentar las típicas volutas de estilo jónico, contiene unas pequeñas palmetas decorativas muy similares a las que aparecen en el Templo de Priene, de la cultura griega.

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El entablamento presenta sencillez, el arquitrabe es liso y recorrido únicamente por tres platabandas poco desarrolladas con un friso sin decoración.

En cuanto a los frontones, estos carecen de decoración, pero están muy desarrollados con el gran voladizo de las cornisas.

El techo o la cubierta es a dos aguas, esto quiere decir que está compuesta por dos faldones inclinados en dirección descendente que parten desde una cumbrera central.

El dios Portuno de la mitología romana

En la mitología romana, Portuno era conocido como el dios de las llaves y puertas. Además, era la deidad asociada a la ganadería y venerado como el señor protector de los almacenes de grano.

El significado etimológico de su nombre relaciona la palabra porta, puerta, y portus, puerto, derivando así en el nombre de la “puerta de entrada” al mar.

Con los años Portuno se unió al dios Palemón convirtiéndose en el dios de las puertas y los puertos, principalmente.

La fiesta en honor a este dios regente del templo de Portuno, se celebraba el 16 de agosto, el decimoséptimo día antes de las calendas, o primeros días del mes de septiembre.

Esta festividad era conocida como la Portumnalia, una ocasión de menor importancia en el calendario romano.

En el ritual celebrado ese día, las llaves eran arrojadas al fuego para buscar la buena suerte de una manera muy solemne y lúgubre.

El símbolo de Portuno era una llave y estaba representado iconográficamente con las llaves en la mano, como protector de las puertas. Este aspecto del dios ha hecho que algunos estudiosos consideren a Portuno como una réplica del dios Jano.

Sin embargo, Jano era el dios de los cambios, los pasos y las transformaciones, por eso a él se le consagraron las puertas y umbrales, pero con un carácter más  simbólico.

Aspectos resaltantes de los templos romanos

En sus orígenes el diseño del templo romano se derivó del estilo etrusco, un pueblo de la antigüedad que se desarrolló en el siglo VII a. C. en la región Etruria, actual Toscana, en Italia.

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Más adelante, y con la expansión del Imperio Romano, se adoptarían nuevos estilos como el de la arquitectura griega.

En los primeros diseños, el podio estaba situado en lo alto de una escalera frontal y el pórtico daba acceso a la cámara principal interior, siendo un claro ejemplo de ello, el santuario de la Triada Capitolina en Roma, dedicado a los tres principales dioses romanos, Júpiter, Juno y Minerva.

En la etapa republicana, el templo romano se construyó en las zonas centrales o foros, siendo renovado con el tiempo. Una muestra de ello son las basílicas de Saturno, Vespasiano y la Concordia, ubicadas en el Foro Republicano.

En la época imperial, se hizo presente la influencia griega y se le otorgó más importancia al embellecimiento del templo.

Se incorporó el estilo de las columnas, se usó el mármol, además, sobresalió el culto al emperador, y los santuarios se convirtieron en sus recintos, un ejemplo de ellos es el Templo de Portuno.

Luego, en los tiempos del emperador Adriano, el templo romano tomó un nivel más ambicioso y se adicionó la cúpula.

 De esta manera, se coronaban los amplios espacios mediante un oráculo en el cenit circular central, el cual dejaba traspasar la luz solar y esta iluminaba el interior, su ejemplo más resaltante es el Panteón Romano.

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