ISIS

El culto a Isis en la antigua Roma y su influencia en la religión romana

Entre los cultos religiosos romanos se destaca el de Isis, aunque no contaba con la mayoría, sí se extendió por todo el imperio gracias a la integración de la cultura helenística en Roma. Por ello se considera tardío, pero con importancia para la religión romana. Se extendió desde el siglo I a.C., por su capacidad para sanar y proteger a la familia.

La diosa egipcia despertó su veneración en Roma, en especial, por su conexión con la vida después de la muerte, ya que se le atribuían poderes mágicos para la maternidad y la resurrección. Los romanos asumieron a Isis como una de sus diosas y practicaban sus ritos adaptándolos a su devoción, un hecho que logró extenderse entre diferentes grupos humanos.

La deidad egipcia Isis se popularizó en la zona mediterránea, en Europa Occidental y esencialmente en Roma, donde su culto tuvo una importante influencia, con expresiones concretas como el Templo de Isis en Pompeya. 

Los hallazgos arqueológicos han revelado que, en el templo de Pompeya, edificado para el culto a Isis, hubo manifestaciones religiosas muy importantes para la sociedad romana. Una historia de la que se conoce poco y hay muchos misterios por descubrir a pesar de que su templo estaba relativamente en buena conservación.

 

 

 

Una diosa con historia turbulenta

La diosa madre de Egipto, como se conocía a Isis, era la hermana y la esposa del dios Osiris. Eran dos deidades muy estimadas. Pero, un suceso de engaño logró que Osiris participara en su propio homicidio y sus asesinos lo desmembraron y esparcieron su cuerpo por Egipto. Isis, al enterarse de lo que le sucedió a Osiris, decide salvarlo, devolviéndole la vida, dado su poder para la resurrección. 

Se le consideraba diosa madre porque salva y como figura materna, cuidaba de sus hijos y familia y de los hijos y familias de los demás, una cualidad que la asocia a historias mitológicas de la creación de la época, con la diferencia que el culto a Isis se presentó en otras culturas con su propio nombre, algo que no era lo común. 

 

Su adopción en la religión romana 

Plutarco fue el autor romano que se encargó de narrar la historia de Isis y Osiris, destacando que los griegos se referían a la diosa Isis, como Atenea, la diosa patrona de la polis, una de las regiones con mayor poder en el mundo helenístico. 

La posibilidad que egipcios, griegos y romanos compartieran historias, arte y cultura era muy alta y se conoce que la filosofía y literatura de Atenas era de gran interés en la élite romana y creía que las diosas Isis y Atenea eran la misma deidad o eran parientes, lo que resultaba más interesante para los apasionados de la cultura y religión griega. 

La diosa Isis se representaba como una figura de protección cariñosa, lo que despertó en los romanos mayor curiosidad por conocer su culto. Como era un culto abierto para las personas libres, por nacimiento o por libertad posterior, eran pocos, pero financiaron la restauración de su templo en Pompeya, luego del terremoto y erupción del Vesubio en el año 62 a.C.

Los nombres de los ricos que donaron grandes sumas de dinero para la restauración del templo, se colocaron en las paredes del templo de Isis, por lo que se sabe que quienes participaban como miembros del culto, eran donantes privados con una posición económica importante en Roma y se recuerdan por su estatus superior. 

Además, el emperador Octavio quien apoyaba el culto de Isis, financió solo a otros santuarios dedicados a Isis en Roma y su esposa Livia, poseía obras de arte dedicadas a esta diosa griega. El emperador romano Octavio se opuso a muchos otros cultos, pero apoyaba con cariño el culto a Isis y animaba a sus miembros a postularse en cargos públicos.

 

 

 

 

¿Qué se sabe del culto a Isis en Roma?

Se registra como la existencia más antigua del templo entre el siglo II a.C. y el siglo I d.C. y que dentro del templo había varios santuarios y altares. Eran tabernáculos dedicados a Isis y a otras deidades relacionadas con su historia y su culto. También, tenía habitaciones que servían de espacios comunitarios para miembros del culto y para no miembros. 

Pero, no queda mucho de su templo, lo que dificulta conocer con veracidad cuál era la verdadera misión del culto a Isis en Roma. Lo que pasó en santuarios, altares y habitaciones de los miembros del culto no está registrado, ni documentado. Pero, si obras pictóricas y escultóricas de romanas con imagen similar a la personificación de la diosa Isis. 

Las organizaciones con cultos secretos tenían presencia en sociedades clásicas de la Antigüedad tardía y lo que se conoce sobre ellas se basa en restos de templos. Sobre el culto a Isis hay muy pocos datos. Pero su reputación era decente y tolerante o poco popular en el imperio romano, ya que no hubo vandalismo contra sus templos.

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