Neptuno no es solo el nombre de un planeta, pues también es un dios dentro de la mitología romana. El padre de Neptuno fue Saturno y su madre fue Ops. Aparte, tuvo como hermanos a Júpiter y a Plutón. De nuevo, no solo planetas, también fueron deidades.
Los romanos creían que Neptuno era dueño y señor de los mares y océanos. Tenía una carroza con caballos blancos que cabalgaba sobre las aguas para hacer ver su poderío sobre todos los habitantes bajo estas. Los griegos lo recuerdan como Poseidón.
Neptuno y la mitología
La mitología de Neptuno cuenta que poseía un castillo dorado en las profundidades del mar. Además, siempre portaba un tridente, gracias al cual podía calmar o alborotar las corrientes y las olas.
Otro poder que se le atribuía a Neptuno, dios del mar, era el de crear manantiales y fuentes donde este quisiera. Lo propio para provocar sismos y terremotos.
Los caballos que arrastraban su carroza lo relacionaban con las carreras ecuestres. Y gracias a los mosaicos encontrados en el norte de África se conoce su relación con las aguas dulces, además de las marinas. De hecho, se dice que primero fue señor de los fluviales y ríos antes que del mar.
Neptuno: características
10 características de Neptuno, el dios del mar, son pocas para lo que el legado del dios romano contempla. Relacionarlo con las aguas dulces, con los caballos, con los sismos y los terremotos es apenas una parte de lo que Neptuno representaba para los romanos.
El humilde Neptuno
De hecho, su humildad es quizás parte de las características que lo distinguen de cualquier otra deidad. Las representaciones gráficas que tiene este dios lo señalan con vestimentas poco suntuosas. Esto tiene un motivo, que no es más que cuidar el poderío que tenía.
El peligroso Neptuno
Si bien contaba con gran poder, este dios romano podía tomar decisiones sin clemencia ni titubeo alguno. Al menos es lo que en el Imperio creían.
Se le consideraba peligroso e inestable, pues sus cambios emocionales causaban tormentas y tempestades en cualquier instante y hasta en las aguas más pacíficas. Nadie debía provocar su furia.
El bien acompañado
Pero esta figura icónica no solo se acompañaba de sus caballos y su tridente. También tenía en sus cabalgaduras a un grupo de delfines.
Además, solía pasearse con sirenas, nereidas, oceánides y tritones. Por otro lado, era considerado señor de las ninfas, náyades y ondinas, que vivían en los lagos, en los ríos y las fuentes.
Quien sostenía la Tierra
Los romanos afirmaban que este dios era quien tenía el fin de la Tierra en sus manos porque el océano que rodeaba cada terreno era el que soportaba su peso.
Es más, se decía que él era el que había dado forma a las costas arrancando montañas para crear acantilados y luego dejar playas y bahías donde los barcos encontraban refugio.
Los amores de Neptuno
Pero tal como otros dioses, Neptuno vivía bajo el mar con una frondosa familia, pues era conocido por tener amores con sus muchas esposas.
La principal era Anfítrite, quien le dio tritones y monstruos marinos como hijos. Estos últimos tenían rasgos característicos, tales como rostros humanos con grandes barbas y partes inferiores de delfines. Asimismo, sus cabellos se formaban de algas y detrás de las orejas tenían agallas. Del mismo modo, sus manos tenían forma de caracol.
Las otras de esposas del dios romano del mar fueron Halia, con quien tuvo 7 hijos; Amimone, que era una de las Danaides; Toosa, que era una ninfa; Ceres, que era amante de Júpiter (su padre); Medusa, con quien procreó a Pegaso y Clito, con la que tuvo gemelos, siendo uno de ellos Atlas.
Las figuras del dios del mar
El tridente de este dios forma parte de los tantos íconos que le perpetuaron en la mitología griega. Su imagen es mostrada siempre como un hombre mayor con una enorme barba, siempre rodeado de peces y criaturas marinas.
Por otro lado, cuenta con una cruz en el extremo inferior del tridente que tiene un símbolo especial. Esta imagen yace ahí para representar la raíz de las cosas.
Las puntas del tridente
El tridente de este dios no solo está para representar el poderío de esta deidad sobre las aguas. Cada punta se ha relacionado con el nacimiento, la vida y la muerte. También ha sido relacionada con puntos clave de la vida misma del ser humano y estos son: mente, cuerpo y espíritu.
La creación del tridente
El tridente no surgió por obra de magia de esta deidad. En realidad, fue creado por los Cíclopes, quienes estaban armándose antes de la guerra entre los atletas y los titanes.
Barcos del dios del mar
Los barcos eran otra manera en la que el dios del mar podía hacerse presente en la mitología romana. En las monedas y medallas usadas en el antiguo Imperio solía verse justo en el pico de un barco para demostrar su poderío sobre los mares.
Otros animales del dios
Los caballos y los delfines no son los únicos animales que están relacionados con esta figura. Otros de los que también se le vinculan son los toros.
Mientras que se dice que los caballos fueron creados por esta deidad y tienen por nombre hipocampos, los delfines están junto a él para representar el poder que el dios tiene tanto dentro como fuera del agua.
Pero el toro no tiene menor poder dentro de la mitología que tiene esta figura. De hecho, es un símbolo poderoso con el que se le relaciona directamente con Grecia y su homólogo, Poseidón.
El poder destructor
Lo peligroso es parte de su historia. Con el poder que albergaba era capaz de dar lugar a eventos sobrenaturales de todo tipo, yendo desde terremotos a tempestades, ahogar tierras, destruir rocas y ciudades, crear tsunamis o convertir un océano en un charco.
El mejor…
El mejor nadador en toda la Tierra era sin duda Neptuno. Un elemento más con el que demostrar sus habilidades tanto dentro del agua como fuera de esta, pues llegado el día en que quisiese acabar con todo, sería el único que sobreviviría.
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